El uso de drones en la educación ha evolucionado rápidamente en las últimas dos
décadas, esto debido al avance acelerado de ésta tecnología durante este tiempo,
la reducción de costos y la creciente demanda de habilidades STEM en el siglo XXI.
Démosle un vistazo a como ha venido ocurriendo esto.
Si comenzamos desde la década del 2000, el uso de drones estaba limitado
principalmente a aplicaciones militares y proyectos de investigación en
universidades de alto nivel como el MIT y Stanford. Se exploraban temas de
robótica, control de vuelo, inteligencia artificial y sistemas no tripulados en aquellos
tiempos.
No fue sino hasta la década del 2010, más o menos entre el 2010 y 2015; que la
evolución de plataformas comerciales como DJI y 3D Robotics impulsó la
incorporación de drones en programas de ingeniería eléctrica, mecatrónica, ciencias
geoespaciales y cinematografía digital. Durante este período, se consolidó el uso
de UAV en investigaciones aplicadas y prácticas de laboratorio en múltiples
disciplinas, especialmente la geoespacial y el mundo audiovisual.
Ya para el 2018 aproximadamente, gracias a la reducción de costos y la portabilidad
de los drones recreativos y semiprofesionales, comenzó su adopción en
instituciones educativas de nivel medio como parte de programas STEM y CTE
(Career and Technical Education). Fue en éste tiempo donde emergieron
plataformas educativas como:
- DroneBlocks (programación visual de drones con Tynker/Blockly),
- Drone Academy Africa
- Programas pilotos en distritos escolares de Texas, California, y Carolina del
Norte
Los primeros programas educativos con drones en escuelas en los Estados Unidos
comenzaron a desarrollarse principalmente en estos años, con un impulso notable
a partir de 2018, cuando los drones comenzaron a ser más accesibles y las
regulaciones de la FAA, empezaron a establecer un marco más claro para su uso
educativo.
Aunque no hay un único lugar oficial donde se originaron, algunos de los primeros
programas estructurados y reconocidos a nivel nacional, los primeros programas
piloto surgieron en Texas, quien fue pionero en integrar drones en la educación
técnica y vocacional a través de escuelas técnicas y distritos escolares que comenzaron a ofrecer clases de drones como parte de programas de STEM y CTE
(Career and Technical Education). Algunos distritos como Katy ISD y Frisco ISD
estuvieron entre los primeros.
Así mismo, en California, hubo iniciativas tempranas en escuelas secundarias,
universidades comunitarias y organizaciones como Drone Pilot Ground School y
SkyOp, que desarrollaron cursos dirigidos a estudiantes y educadores.

Igualmente el estado de Carolina del Norte también fue uno de los pioneros,
especialmente con el programa de drones de la North Carolina Department of
Transportation (NCDOT), que colaboró con escuelas para crear conciencia y
educación temprana sobre el uso profesional de drones.
En Colorado, la organización sin fines de lucro UAV Coach y algunas escuelas
implementaron programas piloto con drones alrededor de 2016, integrando
simuladores, teoría del vuelo y seguridad aérea. Algunas iniciativas destacadas en
el país han sido
- Drone Legends: enfocado en educación STEM para niños.
- AUVSI’s RoboNation: con competencias y programas educativos.
- Drone Soccer USA: programa que ha ganado terreno rápido en escuelas
intermedias y secundarias.
Florida también ha sido incluido como otro de los estados pioneros en la
implementación de programas educativos con drones, especialmente en el ámbito
de la educación técnica y vocacional. Instituciones como el Miami Dade College y
el Broward College han incorporado cursos especializados en operación de drones,
preparando a los estudiantes para obtener certificaciones reconocidas por la
Administración Federal de Aviación (FAA).
Igualmente, uno de los estados que quizás ha estado en la palestra pública por las
condiciones y limitaciones para el vuelo de drones es la ciudad de Nueva York. Sin
embargo, es importante resaltar que éste estado ha invertido significativamente en
el desarrollo de programas relacionados con drones, tanto en el ámbito educativo
como en la investigación aplicada.
Esto es tanto así, que días atrás la Autoridad de Energía del Estado de Nueva York
(NYPA) ha destinado aproximadamente más de 37 millones de dólares para
implementar drones en la inspección y mantenimiento de infraestructuras críticas,
como líneas de transmisión eléctrica y presas, mejorando la eficiencia y seguridad
de estas operaciones.
Y no conforme con esto, hace un año se realizó el primer vuelo de exhibición de un
taxi aéreo eléctrico en la Gran Manzana. La aeronave tiene la capacidad de
transportar hasta cuatro personas y alcanza una velocidad de 200 millas por hora.
La compañía Joby planea ofrecer los servicios de este taxi volador a partir del
presente año 2025. Prometedor, no creen?
Es un hecho público y notorio que, en los últimos años, la educación en tecnología
y robótica, especialmente en los Estados Unidos ha mostrado un crecimiento
significativo. Sin embargo, existe un marcado déficit de programas educativos
enfocados en drones a nivel nacional. A pesar del crecimiento de la industria de
drones y su adopción en múltiples sectores, la formación académica en este campo
sigue siendo limitada, especialmente en el ámbito escolar.
Estados como California y Texas han intentado implementar iniciativas similares con
resultados mixtos, ya que muchos programas carecen de una estructura sólida,
especialistas capacitados y una metodología efectiva. Y esto es algo que se repite
también en Florida, Nueva York y el resto de estados que tienen estos programas
implementados.
Este punto lo estaremos tratando en nuestra segunda entrega de DRONES EN LA
EDUCACIÓN, donde ampliaré un poco más a fondo lo que está sucediendo en éste
tema de las capacitaciones y especialización en ésta materia, y así entender hacia
dónde va la industria en este sentido tan importante como lo es la educación.
Gracias y nos vemos en el próximo!
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